martes, 25 de agosto de 2009

EL DESPERTAR

Cada día nos tropezamos con la dolorosa noticia de una nueva mujer que ha sido maltratada por su pareja hasta morir. Las circunstancias de estas tragedias, tal y como se van contando a través de los medios de comunicación, van tomando unas características homogéneas.

Está bien que nos preguntemos qué pasa, pero no olvidemos qué somos: el hombre y la mujer quienes forman la pareja humana, no hay otra base para convivir y para proyectarnos hacia el futuro como especie (aunque hayan otros tipos de parejas y distintas fórmulas de convivencia).

Es necesario desentrañar la naturaleza de los vínculos, el orden que sostiene la vida, la razón de ser del amor entre la pareja y los hijos, para poder salvar lo que es esencial y descartar lo que es sólo fruto de los condicionantes sociales, económicos o ideológicos de cada etapa.

Esta acción conjunta es la única que puede permitir integrar la nueva visión de la realidad sin que se pierda la dignidad de cada uno de los componentes de la pareja, ni que se destruya la convivencia.

Asumamos todos, hombres y mujeres, la tarea que tenemos por delante y no huyamos cobardemente de la experiencia. Nos ha tocado dar un salto de conciencia y sólo la gozaremos si lo hacemos unidos: el viejo modelo binario hace casi un siglo que dejó de tener respuestas válidas para todo. Las cosas no son blancas o negras. Los colores son siete y cada uno, a su vez, está compuesto de múltiples matices y todos tienen su origen en una única luz, la que proyecta, como metáfora universal el Sol que nos alumbra. El mismo que en cada amanecer nos llama a que despertemos de nuestros sueños y de nuestras rígidas creencias y nos abramos a nuevas aventuras, en este caso a la gran aventura del despertar consciente.

Cuando hay que romper un molde para conocer el contenido oculto, sin que éste se desvirtúe, hay que tratar con delicadeza el objeto que manipulamos. Por otro lado, hay que cuidar mucho cada uno de los momentos de esta experiencia. En este parto no es una cuestión de niño o niña lo que está en juego, es una toma de conciencia mayor de la humanidad sobre sí misma. La cuestión está en enfrentar el cambio de conciencia con espíritu integrador. Este salto no es lineal, es un salto cuántico. Y TU FORMAS PARTE!!!

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